Cuando el pasado aparece en el presente, los recuerdos son vida que se fue y que nunca volverá, este es un Retazo del Ayer muy lejano.
EL amanecer se presentaba un poco frió, era un lunes ocho del mes de Julio, mes patrio, las oscuras nubes opacaban los primeros rayos de sol, que tímidamente asomaban por el este, mientras enormes bandadas de aves cruzaban majestuosamente el cielo en busca de su sustento diario, era el plácido y alegre saludo de la naturaleza al nuevo día que llegaba, en nuestro pueblo Mallares, ya las luces de los mecheros en cada casa se apagaban por que el claroscuro del amanecer se iba disipando, el panadero Pedro Cruz ya recorría su pan calientito y con su acostumbrada chispa de alegría vendía a sus vecinos y amigos, en la mayoría de las casas había movimiento, la mayoría de hombres trabajaban en la Cooperativa Agraria de Producción Mallares N-157, las mujeres de los trabajadores se levantaban temprano a preparar el desayuno de sus esposos y de sus hijos que viajaban a Sullana a estudiar, porque era importante que los muchachos estudien y si es en el pueblo mucho mejor, y en Mallares no había secundaria solo existía la Escuela Fiscalizada Mixta N-65, estos jóvenes estudiantes viajaban a diario a Sullana y lo hacían en la góndola del señor Juan Ricardo Atoche Medina, esta góndola era amarilla con algunos adornos rojos en los costados y techo también rojo tenía dos puertas delanteras y una posterior, a los costados se leía SULLANA-MALLARES-SULLANA-ANEXOS, estaba preparada para llevar 38 pasajeros, eran cinco filas de bancas, las cuales eran tapizadas de un color rojizo con una baranda en la parte superior de cada banca y en el espacio vacío que quedaba en el centro se acomodaba un banquito de madera, lo que permitía que entren seis pasajeros debidamente sentados, en la última fila eran dos bancos de madera y por lo general era el espacio más apretado del carro, en la parte delantera de la góndola tenía dos luna parabrisas, separadas una a cada lado, el asiento del chofer, era mullido y cómodo al lado también había una banca donde podían viajar debidamente sentados dos pasajeros, en la parte alta delantera un letrero que decía ROSANNA, en el interior dos frases interesantes encima de las luna parabrisa llamaban la atención; “Tu respeto y cultura demuéstrala al viajar en este carro” y el otro letrero decía “Los niños mayores de cinco años pagan su pasaje”, tenía unas ventanas corredizas a cada lado, además estaba una imagen del Señor de los Milagros y en el reverso la Virgen de la Nube, así también una “U” roja en fondo amarillo, ya que el chofer y dueño de la góndola era un hincha acérrimo de Universitario de Deportes, Club que sacaba la cara por el futbol peruano, incluso tenía un cuadro enmarcado enorme de este equipo en su casa, delante del asiento del chofer a la altura de cabeza estaba el espejo, era semiovalado y desde aquí se podía ver todo lo que sucedía en la góndola, a las seis de la mañana y minutos , salía hacia la cancha vieja la góndola a recoger los alumnos que viajaban a Sullana, bajaba tocando su claxon insistentemente apurando y previniendo a los alumnos que se preparen, el chofer el señor Ricardo Atoche tenía como chulillo a Melquiades Arambulo entre risas y recomendaciones a su cobrador bajaba hasta la cancha vieja y ya los estudiantes lo estaban esperando, aquí subían Sebastián Canova, Luis Suarez, César Canova, Práxedes Siancas, Marina Siancas, estos alumnos buscaban los mejores lugares para sentarse, luego subía la góndola y se estacionaba en la plaza, aquí ya lo estaban esperando otro alumnos, Francisco Ipanaque, Agustín Ipanaque, Luciano Burgos, Teodoro Panta, Corky Atoche, Pheme Atoche, Vilda Atoche, Cary Atoche, Rony Atoche, todos ellos hijos del Sr, Ricardo Atoche, dueño de la góndola, y de la señora Irene Jiménez, esposa del señor Ricardo, Nicanor Castro, Pascual Silva, Mercedes Burgos, la algarabía de los jóvenes estudiantes era contagiante, de cada comentario que se hacía, salían las risas a raudales, luego la góndola seguía su ruta y se detenía a la altura de la casa del Sr. Medardo Nole, un respetado señor jefe de la Sección Taller de la Cooperativa, aquí subía otro grupo de alumnos, Ronald Nole, José Nole, Conrado Atoche, Emigdia Mauricio, Benito Socola , Mario Socola, Agustín Zapata, Elsa Zapata, Valentín Zapata, de inmediato la góndola con su preciosa carga de estudiantes llegaba hasta la casa de Jesús Mena, que estaba bajando por el lado derecho de la escuela fiscalizada, aquí subían tres niños Paul Mena, Cesar Mena, Marcela Mena, estos niños bien formalitos, casi no conversaban con nadie del resto de colegiales, luego la góndola subía y avanzaba por la avenida principal, pasando la casa de los Socola se podía aprecia la inmensidad de los campos de la cooperativa Mallares, el algodonal, los cocoteros, los frutales de la huerta, allí también quedaba la cancha del Unión, luego llegaba hasta al Tambo, aquí subía otro grupo de alumnos: Marciano Valladares, Elber Dioses, Pedro Mena, Francisco Valladares, luego la góndola avanzaba hasta el Rimarky, Teodoro Atoche, Santos Atoche, Ernesto Atoche, subían y se acomodaban lo mejor que podían, porque los asientos ya estaban casi ocupados todos, pero la alegría y el contento era general el comentario principal era la final del Mundial Alemania 74, que la gano la selección alemana por 2 a 1 en un dramático partido se impuso a la fuerza del juego total de Holanda, la famosa naranja mecánica que con Johan Cruyff a la cabeza no pudo detener la ofensiva alemana que siendo anfitrión Campeono por segunda vez en su historia, y el otro tema de conversación era la derrota de Brasil a manos de Polonia por 1 a 0 , la mayoría de alumnos comentaban los partidos muy a pesar de que en Mallares eran pocos los televisores que habían, la góndola seguía avanzando y llenándose en la bajada de Oscar Silva subió Ernestina Herrera y Miguel, hijo de la señora Reyna Luisa Ruiz, bajo la góndola hasta llegar a la pista donde otro grupo de alumnos esperaba y subían, se acomodaban entre “arrímate, dame sitio, allí si entro, ponte bonito” que eran los términos más usados para acomodarse, aquí subían alumnos de la Golondrina, Teodoro Floreano, Blanca Costi, Magdalena Palacios, de Samán, Alexander Carrillo, Feliciano Castillo, Isabel Castillo, Esperanza Escobar y su hermana, luego la góndola paraba a la altura de “pajarito”, aquí subía Jenner Jiménez, Pedro Jiménez, Segundo Rosillo, Errol Rosillo, Maruja Jiménez, ya en la pista la góndola paraba en el puente Samán, donde subían Luis Calle Garcés, Mary Calle Garcés, todos los alumnos usaban el uniforme único, que consistía en blusa blanca, falda gris, con tirantes grises en forma de “H” en el pecho y cruzada por la espalda, medias grises y zapatos negros TEDDY, este era el uniforme de las alumnas y los alumnos era pantalón gris, camisa blanca y zapatos negros también TEDDY, los cursos que antes llevaban los alumnos eran matemáticas, castellano, historia del Perú, geografía, botánica, música, dibujo, religión, ingles, psicología, estadística, cívica, zoología, niño y la salud, historia universal, educación física, con la reforma educativa cambio a ciencia sociales, ciencias naturales, educación por el arte, historia del Perú y el mundo, lengua y literatura, orientación y bienestar del educando, OBE, cada alumno con su insignia en el pecho que los distinguía de otros colegios, en realidad hasta aquí la góndola iba repleta de alumnos, la hora avanzaba lentamente y en ese subir de alumnos ya eran las seis y treinta de la mañana, antes de pasar el puente de Samán estaban las oficinas viejas, donde antaño les pagaban a los trabajadores cuando pertenecían a la Negociación Agrícola Mallares N- 67, pasando la góndola el puente de Samán, una estructura muy antigua que se construyo cuando se hizo la Carretera Panamericana, por este puente discurría la quebrada de Samán, que era un pequeño chorro de agua que al pasar por el puente se formaba un enorme lago resplandeciente y hondo porque algunos señores pescaban con sus anzuelos los peces que abundaban en este lago, cerca de la quebrada estaba el cerro más alto “el Mirador” y en la parte plana unos inmensos pastizales donde muchas reses de la cooperativa, pastaban acompañadas de algunas aves que revoleteaban cerca, al lado izquierdo habían unos altos cocoteros y a esa hora ya estaban los trepadores preparándose a subir a bajar las palmas y los cocos que los comerciantes de cocos compraban a los socios de la cooperativa, antes Hacienda Mallares, pero con la ley de la reforma agraria, la ley 19716 las tierras se entregaron a los campesinos, a esa altura del camino, Benito Socola leía una revista de karate, Teodoro Atoche repasaba una hoja de estadística, Emigdia Mauricio y Meche Burgos conversaban de la Fanny Purizaca que era la profesora de matemáticas y era especialista en jalar las patillas, algunos ojeaban sus cuadernos y se hacían bromas, también habían caras de preocupación pues estaba por terminar el Bimestre y era época de exámenes, luego vacaciones de medio año, avanzaba la góndola y pasaba por el patio de la sección Segunda, cerca del patio estaba el aterrizaje, un largo camino recto de aproximadamente mil metro que permitía que los aviones aterricen cuando llegaban a fumigar los campos de la Cooperativa, por ser época apropiada estaba en plena paña de algodón, desde la madrugada los pañadores estaban metidos en el campo para avanzar, ya que luego el impresionante sol los obligaba a bajar el ritmo, en la góndola el bullicio y risa de los alumnos era total, a no ser que el chofer, el Sr. Juan Ricardo, levante la cabeza y por el espejo le clave la mirada al que mas bulla estaba haciendo y entonces el silencio era automático, la mayoría de alumnos ya estaban en el segundo trimestre, algunos estaban ensayando para el desfile patrio que sería sin duda el 29 de julio, además con esto de la Reforma Educativa, donde ya no tenias que recitar la tarea así como estaba en el libro sino con tus propias palabras , la educación se había simplificado un poco, en matemáticas la teoría de conjuntos volvía locos a los alumnos pero era un paso importante para aprender ecuaciones y teoremas en los años más avanzados, la góndola seguía avanzando, hasta aquí ya Melquiades Arambulo, había cobrado el pasaje a todos los alumnos, mientras pasábamos por el algodonal de la Segunda, al lado izquierdo de la Segunda estaba el campo del Ministerio, le llamaban así porque era un campo de experimentación de futuros sembríos, pasábamos el desvió de la Quinta, otra sección de la cooperativa donde también se sembraba algodón y llegamos a Mallaritos, otro caserío que estaba ubicado a ambos lados de la pista, los comentarios de los alumnos era que unos muchachos de este caserío iban a Mallares a tomar los días domingos y se quedaban hasta el amanecer del lunes, algunos de los alumnos repasaban sus tareas, pero la mayoría conversaba animadamente y la risa como fondo musical no dejaba de estar presente en cada comentario, la góndola seguía avanzando y pasábamos Marcavelica, este es un distrito de la provincia de Sullana, a ambos lados de la pista se veían grandes corrales donde se criaban cantidad de reses, un canal acompañaba a la pista por los contornos de los corrales, luego estaba la comisaria de la Guardia Civil, casi siempre un guardia estaba en la parte de afuera, los comentarios de los alumnos estaban dirigidos a la música, que Camilo Sesto había sacado otra canción “Quieres ser mi amante”, ya su tema de alboroto “Fresa salvaje”, se escuchaba en todos los radios, Los Beta 5, con “La tierra de mis amores”, Los Destellos de Enrique Delgado, con “Elsa”, “Luchita”, Los Mirlos, con “Amor loco amor”, “la danza del petrolero”, Los Pakines con su “Caramelo de menta”, “Amor de fantasía”, Tormenta de Argentina con su “Brindo por ti y por mi”, Los Átomos de Chile con “Morir un poco” eran las diversas conversaciones que se mantenían en la góndola, que ajena a cuanto de decía y se hacía en su interior volaba a la ciudad de Sullana con sus pasajeros en este caso con sus alumnos , luego se pasaba por la parte posterior del puesto de control de la Guardia Civil, se llegaba a un grifo donde casi siempre estaban unos enormes tráileres, mas adelante cerca al puente “Isaías Garrido”, mas conocido como el puente viejo, también había otro grifo mas pequeño, el grifo Ávila, al frente de este grifo estaban los juegos recreativos del parque Marcavelica, el subí-baja, los columpios, la resbaladora, las barras, el pozo, este parque estaba en la parte baja, luego estaba el puente en sí, una enorme estructura de metal, que soportaba el paso de los vehículos que a diario transitaban por la carretera panamericana , el puente era de un solo sentido, un viejo semáforo que casi siempre se descomponía, marcaba el paso de los vehículos, debajo del puente el veleidoso Rio Chira, corría lento llevando sus aguas por su cauce hasta el mar, unos sembríos de camote, frejol de palo y maíz se veían en sus anchas playas, a ambos lados de las orillas unos hombres pescaban con anzuelos algunos peces que abundaban en el río, luego la góndola una vez que pasaba el puente, según la hora o se iba hacia la derecha y llegaba hasta el colegio Santa Úrsula y dejaba a los Mena y tomaba la calle San Martin hasta la calle Lima y dejaba a otros alumnos a la altura de la botica Santa Rosa o en caso contrario se iba por la izquierda del puente o por el malecón donde se pasaba por donde había una peaña y algunos tiraba algunas monedas como señal de respeto hacia el finado, llegaba la góndola hasta la calle Bolívar pasaba por el diario El Norte, dejaba algunas alumnas y se dirigía hasta el colegio Santa Úrsula, subía por la calle Bolívar pasaba por la plazuela Miguel Checa, por el Hospital de Sullana, la morgue, bajaba por las casas de los militares, pasaba por el colegio Santa Rosa llegaba al colegio Santa Úrsula dejaba los alumnos y luego regresaba por la calle San Martin y se iba por la calle Lima pasaba por la clínica Zegarra hasta la Avenida José de Lama, aquí se quedaba otro grupo de alumnos a la altura del colegio José Cardo, seguía avanzando la góndola y llegaba a la calle dos a la izquierda estaba la plaza Huamán de los Heros, al frente el estadio municipal de Sullana, tomaba hacia la derecha y pasaba el anexo del mercado modelo, ya se veía el intenso trajinar de los vendedores que estaban acomodando su mercadería y también el avance incontenible de los alumnos en grupos a sus diferentes colegios, pasaba la calle Piura y se estacionaba la góndola en su paradero a dejar al resto de alumnos, estos una vez que bajaban salían raudos a sus colegios, porque había un auxiliar que era la muerte y si llegaban tarde no los dejaba entrar, se quedaban acompañando a “vitamina”, el vendedor de roscas que siempre paraba en la puerta del colegio Salaverry, viajaban en este turno alumnos de los colegios; GUECAS, Gran Unidad Escolar Carlos Augusto Salaverry, Santa Úrsula, Instituto Nacional de Comercio Nº 36, INIF 48, Instituto Nacional Industrial Femenino Nº 48, Colegio San Juan, el 1041 colegio de primaria, el paradero estaba ubicado en la calle dos frente al hotel Castilla, al costado del paradero unos pequeños kioscos le daban la bienvenida a la góndola, estos kioscos eran de un fresquero, de un radiotécnico, de un taller de arreglos de maquinas de coser, de un relojero, un sastre, un pasadizo permitía el acceso al mercado modelo, donde habían puestos de zapatería, de venta de ropa, un señor tenía un puesto de servicio de cocina, juegos de ollas, platos, jarros, cucharas, tazones, baldes, coladeras, también estaban unas oficinas del mercado, mas al fondo estaban las comideras que vendían ceviche, sopa, arroz con cabrito y tamales, las zapaterías más finas, los chinos, que vendían barato, las tiendas de ropa y de telas como Abelardo Gonzales, a la vuelta estaba el kiosco del que alquilaba revistas, este kiosco era la perdición, porque la mayoría de alumnos, quedaba atrapado leyendo las increíbles historia de Batman y Robín, Superman, Tarzan, Arandu, Kaliman, El Valiente, Juan sin Miedo, Turok, El Llanero Solitario, Corín Tellado, Memin, El intocable, Rod Roggers, El hombre de acero, Zor y los invencibles, y así muchas revistas mas, cerca de allí estaba los ómnibus del EPPO, que salía a Talara, Mancora, El Alto, Órganos, además estaba los ómnibus de El dorado, que salía a Tumbes, todo esto se veía cuando la góndola le daba la vuelta al mercado modelo para ir a estacionarse a su paradero, pero en el primer viaje , y luego se regresaba inmediatamente porque otro grupo de alumnos y pasajeros que hacían sus compras en Sullana ya la estaban esperando, esta góndola y su dueño tuvieron una importancia incomparable en este tiempo, porque permitió que un pueblo pequeño busque horizontes de sabiduría y esperanza en la ciudad, y que mejor que un enjambre de jóvenes que ansiosos por saber y aprender, viajaran diariamente , la lista de todos los que tuvieron la suerte de viajar en esta góndola es inmensa, porque el servicio que hacía era en las mañana y también en el turno de las tardes, pero siempre cumplía su misión de llevar a los alumnos a sus colegios y también de regresarlos a sus casas, y durante todo ese tiempo, nunca se le vio que estuviera malograda, ni siquiera un cambio de llanta, o que le falta agua, este era un servicio de primera de la góndola y de su dueño, su competencia más cercana era la góndola de Benítez, que era de color verde y rojo con una inscripción en la parte delantera que decía MARTHA pero la preferida era la de Ricardo Atoche, la góndola ROSANNA, la amarillo con techo rojo.
Autor: Nicanor Castro García